"MĆa. Sólo mĆa. MiĆsima. MĆ”s mĆa no puedes ser. Y no porque yo te lo diga, sino porque asĆ lo has decidido tĆŗ.
MĆa. Sólo mĆa. MiĆsima. Esa mĆa tan tuya de la que me he enamorado. Esa tuya tan nuestra que ahora siento sólo mĆa. Pero no es un mĆa de tenerte aquĆ atada conmigo. Es un mĆa que nada tiene que ver con la posesión. Porque contigo he aprendido que con la puerta abierta nadie se va. Porque contigo ya no soy lugar, sino destino. Porque mi mĆ”xima aspiración es convertirme en tu hogar, ese sitio al que siempre quieras volver. AĆŗn cuando en la planta de tus pies traigas arena de otro mar. Mira que me lo advertĆ.
MĆa. Sólo mĆa. MiĆsima y ya estĆ”. Si quieres a alguien, no es que lo dejes libre, es que lo quieres ver volando cada vez mĆ”s alto, cada vez mĆ”s lejos, mĆ”s allĆ”. Por eso, siempre que vuelves a mĆ lo haces no sólo porque quieres, tambiĆ©n porque necesitas que te vuelva a atrapar. Sabiendo los dos que esta conquista se renueva cada vez que nos volvamos a encontrar. Esto que te ofrezco es de todo menos una prisión dorada. La Ćŗnica jaula ahora ya son los demĆ”s. Donde perdemos aliento, donde se nos va el aire, es en la ausencia del otro. AquĆ mĆ”s pura la luna brilla y se respira mejor.
MĆa. MiĆsima. MĆ”s que mĆa y de verdad. MĆa porque por mucho que te tenga, jamĆ”s te dejas poseer del todo. Porque te revuelves, porque te rebelas, porque te vas. Siempre que estĆ”s volviendo es porque te vas. Y estĆ” bien que asĆ sea, estĆ” bien que sea yo quien te tenga que esperar. Yo que me habĆa creĆdo que jamĆ”s serĆa celoso. Hasta que hubo algo que temĆ perder, algo tan valioso, algo tan de verdad. Y a estas alturas de mi partido me descubro sufriendo cada vez que ya no estĆ”s. Este Otelo ya se deja de hostias. Esta DesdĆ©mona es de almas tomar.
No me malinterpretes, no es que tema que les gustes a otros, ni que ellos te puedan gustar. SerĆa lo lógico que les pasara, cualquier otra cosa serĆa poco normal. Si es justo lo que me ocurrió a mĆ al verte. Cómo no les va a ocurrir a ellos, cómo les voy yo a culpar. Y a ti aĆŗn menos, si lo que me apasionó de ti desde el principio es que fueras un arma de seducción pasiva, que me volvieras loco sin prĆ”cticamente pestaƱear.
Tampoco es que tema que me dejes, porque eso ya lo tengo asumido. Cada dĆa despierto con la angustia de que Ć©se es el dĆa en que te vas a dar cuenta realmente de con quiĆ©n estĆ”s. Es una sensación con la que me estoy acostumbrando a desayunar. Y cuando llega la noche y no ha ocurrido pienso en el regalo que el destino me ha hecho, dejĆ”ndome disfrutarte 24 horas mĆ”s.
Y es que no sĆ© si lo he dicho, pero mĆa. Toelrrato. ToeldĆa. Ya.
Que conste que esta pĆ©rdida de control nada tiene que ver con querer recuperarlo, nada mĆ”s lejos de la realidad. El control se lo dejo a los que no entiendan nada. A los que mĆ”s que disfrutar una relación, la pretendan asfixiar. La taxidermia es la ausencia de toda vida y todo vuelo, la muerte de la belleza para enterrarla en una vitrina, el fin de las cosas por las que merece la pena respirar. OjalĆ” todo el mundo pudiese vivir un solo dĆa lo que hemos vivido hasta ahora. Yo, si un dĆa acabamos, que sepas que serĆ” lo mejor para ti. Porque jamĆ”s te merecĆ del todo. Porque hay tanta gente mejor que yo, que jamĆ”s me creĆ del todo que fueras mĆa.
Pero hoy sĆ.
Hoy soy mĆa y eres tuyo.
Hoy hacemos uno y cada uno de nosotros se multiplica por dos.
Es lo que tiene ser mĆa, tan tuya y tan de nosotros.
Que para escribirte, describirte y prescribirte ya no me hace falta ni siquiera la palabra amor."
*Fuente: Risto Mejide.