Huele a ir a por todas. De cabeza. Porque no conocemos otra forma de hacerlo. Huele a nuevos desafĆos, a lĆneas que atravesar con los dos pies en el aire dando un salto mortal. Huele a primavera, a dĆas de sol y calor. Huele a miedo, y a que el miedo ya nunca mĆ”s conseguirĆ” darte miedo porque al fin le has plantado cara. Huele a metas que nunca serĆ”n posicionadas como sueƱos imposibles. Huele a ese lo voy a conseguir que sienta tan bien. Huele a ese precipicio que ves al final del tĆŗnel y que vas a sobrevolar con todas tus fuerzas. Porque puedes. Porque digan lo que digan, seguirĆ”s pudiendo. Que nadie te diga cuĆ”l es el camino correcto que has de seguir. Que nadie se atreva a posicionar alguna de tus acciones como correcta o incorrecta. DĆ©jate llevar por tus impulsos. Esos "venazos" que hacen que tu corazón bombee a una velocidad mĆ”s elevada. Esos que hacen que aunque falles, haya sido una decisión acertada. Llena tus pulmones de aire y sigue andando paso tras paso despuĆ©s de cada tropiezo. Porque si te caes te levanto, y si no lo consigues, me tumbo contigo. Pero siempre continuamos. Que nunca te falten sonrisas por doquier y carcajadas de las que te hacen llorar. Y que todas tus penas, acaben muriĆ©ndose de risa.
Elisabeth Oviedo.